miércoles, 20 de noviembre de 2013

Éxito del Partido Comunista de Chile

Hace poco menos de un año el Estadio Nacional de Santiago se abarrotaba para celebrar el centenario de la fundación del Partido Comunista de Chile, el de Recabarren, Corvalán, Teitelboim o Gladys Marín. También el de Pablo Neruda y Víctor Jara. El partido más perseguido por la dictadura militar de Pinochet y el que fue marginado tras la recuperación de la libertad. Hoy, sin embargo, consigue un importante éxito electoral y amplía su espacio de influencia.



Las recientes elecciones presidenciales y legislativas han posibilitado que los comunistas chilenos dupliquen su bancada de diputados y formen parte de la Nueva Mayoría, que puede alcanzar la Presidencia de la República. En particular, ha resaltado la elección de dos jovenes Diputadas, proyectadas por su participación en las movilizaciones estudiantiles de 2011, Camila Vallejo, ex Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, y Karol Cariola, ex Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción y Secretaria General de las Juventudes Comunistas de Chile en la actualidad.


La decisión del PCCh, en mayo de 2012, a favor de otorgar el apoyo a la candidatura presidencial de Michelle Bachelet no está exenta de riesgos y las tensiones entre las orientaciones más social-liberales y aquellas otras de izquierdas sin duda estarán presentes en la arena política, pero confrontar con el neoliberalismo ultraconservador ha sido la prioridad en esta hora. El tiempo dará o quitará razones, aunque la historia la escriben los valientes, los que están dispuestos a asumir riesgos.

Mario Amorós, periodista e historiador, autor de Allende. La biografía, ha escrito una crónica para Mundo Obrero acerca del resultado de las recientes elecciones chilenas.

Michelle Bachelet logra una victoria insuficiente.

El 15 de diciembre Michelle Bachelet, candidata de la coalición de centro-izquierda Nueva Mayoría y presidenta de Chile entre 2006 y 2010, y Evelyn Mathei, representante de la derecha, se disputarán la Presidencia de Chile en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Bachelet ha logrado el 46,68% de los votos, pero se ha quedado a las puertas del triunfo definitivo en la jornada de ayer que vaticinaban las últimas encuestas al no alcanzar la mayoría absoluta. La candidata de la derecha Evelyn Mathei ha obtenido finalmente el objetivo mínimo de forzar la segunda vuelta, a pesar de obtener un escuálido 25,1%, la peor votación de su sector desde 1993. En las primeras elecciones presidenciales y parlamentarias con voto voluntario, la abstención se ha situado en un elevadísimo 50%: seis millones y medio de chilenos con derecho a voto no acudieron ayer a las urnas. Tampoco pudieron hacerlo los chilenos del exterior, ya que la derecha ha bloqueado sistemáticamente todas las iniciativas para reconocerles este derecho.

En tercer lugar, ha quedado Marco Enríquez-Ominami, quien con el 10,96% ha retenido tan solo la mitad de los sufragios que logró hace cuatro años. Detrás, el empresario derechista Franco Parisi ha logrado un apoyo menor del que auguraban la mayor parte de los sondeos (10,12%). En sus primeras declaraciones, Enríquez-Ominami (hijo del secretario general del MIR, Miguel Enríquez, y ex diputado socialista) ha dejado entrever que llamará a votar por Bachelet el 15 de diciembre, en tanto que Parisi ha afirmado que no apoyará a Mathei, con quien ha mantenido un sonoro enfrentamiento dialéctico en las últimas semanas de la campaña.

Las candidaturas que encantaron a una parte de la intelectualidad crítica chilena y del atomizado microcosmos de las fuerzas anticapitalistas han alcanzado votaciones testimoniales: Marcel Claude solo ha logrado el 2,8% y Roxana Miranda el 1,27%.

En las votaciones para renovar la Cámara de Diputados y una parte del Senado la coalición Nueva Mayoría ha alcanzado una victoria clara, pero insuficiente para disponer de los quórums necesarios para llevar a cabo las reformas democráticas de fondo incluidas en el programa de Bachelet (fin del lucro en la educación, modificaciones medulares en la legislación laboral, sustitución de la Constitución pinochetista de 1980).

Para la izquierda, las alegrías proceden de los resultados en la elección para la Cámara de Diputados. El Partido Comunista ha logrado seis escaños. Sus tres actuales parlamentarios (Guillermo Teillier, Lautaro Carmona y Hugo Gutiérrez) han renovado su asiento con la primera mayoría en sus distritos. La secretaria general de las Juventudes Comunistas (Karol Cariola) ha resultado electa por las comunas santiaguinas de Recoleta e Independencia y la carismática ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, por la de La Florida. Ambas con la votación más elevada en su zona: Cariola con el 38,5% y Vallejo con el 43,7%. Por último, Daniel Núñez ha sido elegido diputado por Ovalle gracias a que la Nueva Mayoría ha doblado a la derecha en el distrito.

Otros dos destacados ex dirigentes estudiantiles estarán en la Cámara de Diputados que se constituirá el próximo 11 de marzo: Giorgio Jackson, miembro de Revolución Democrática, ha obtenido un gran triunfo en Santiago Centro, con el 48% de los votos, con el apoyo explícito de Michelle Bachelet y de la Nueva Mayoría. Y en Magallanes, en la Patagonia, ha sido elegido Gabriel Boric, militante de Izquierda Autónoma.

En el Senado, la distribución de fuerzas entre el viejo conglomerado de la Concertación y la derecha queda más o menos igual. Tal vez, una de las pocas alegrías sea la derrota de Camilo Escalona, uno de los dinosaurios del Partido Socialista, reconvertido en reaccionario que se ha opuesto públicamente a cualquier proceso de elaboración de una nueva Constitución.

El escenario queda abierto en Chile hasta el 15 de diciembre… y después. Es muy probable que entonces Michelle Bachelet gane ampliamente la Presidencia de Chile con una votación que debiera rondar el 60% de los votos. Sin embargo, las dificultades que tendrá a partir del próximo 11 de marzo para cumplir su programa quedaron ayer en evidencia. Tendrá en contra la minoría de bloqueo de la derecha en el Congreso Nacional y la mayoría de bloqueo de los oligopolios mediáticos y de los poderes fácticos en la sociedad.

En el lado opuesto, el Partido Comunista, la Central Única de Trabajadores y los movimientos sociales no tardarán en volver a las calles si las promesas de cambios democráticos profundos se incumplen, como sucedió con el programa de la Concertación de 1989.

En sus últimos discursos Michelle Bachelet ha señalado que estos desafíos no son una tarea exclusiva de la próxima Presidenta de la República, sino del pueblo de Chile. Ha llegado la hora de convocar a ese pueblo maravilloso y generoso a votar por la democracia el 15 de diciembre. Para derrotar a la derecha neoliberal y neopinochetista. Pero también para conquistar el futuro, para reconquistar los derechos sociales y construir un país más justo y democrático.

2 comentarios:

  1. Desde el Chile le diré unas cuantas cositas sobre el "éxito" del PC de Chile.
    1. El PC ganó gracias a un acuerdo de coalición con la Concertación, llamado "Nueva Mayoría", algo así como que IU hiciera un acuerdo con el PSOE para sacar más diputados en las Cortes, gracias a ello el PC pudo aumentar su representación parlamentaria, lo que no es signo de nada, si tiene en cuenta que es el Presidente de la República quien propone las leyes sociales y no el parlamento elegido por un sistema llamado "binominal" a fines de la dictadura de Pinochet y que jamás, JAMÁS, teniendo la Concertación mayorías para hacerlo lo hizo.
    2. ¿Qué partidos componen la Concertación? El PS, el "partido de Allende", hoy transformado en una copia aún más derechista del PSOE o que el SPD. El PPD, un partido sin principios más que el conseguir el poder. El PRSD, un viejo partido reformista y estatista socialdemócrata, pero sin peso alguno en la coalición. Los tres pertenecen a esa mafia internacional llamada "Internacional Socialista", son todos partidos hermanos del PSOE, del SPD, del PSF y de los Laboristas. Y el cuarto partido concertacionista es la Democracia Cristiana que apoyó el golpe de Estado de Pinochet y que ayudó a destrozar el gobierno del presidente Allende ¿Bonita combinación, no? Fíjese que la DC tienen como principal papel el impedir "la izquierdización de la Nueva Mayoría" tal como ha dicho machaconamente su líder Walker.
    3. El PC de Chile sacrificó lo poco que le quedaba de credibilidad por unos puestos parlamentarios, pero ha perdido las Federaciones Universitarias y Centros de Alumnos de manera aplastante ante fuerzas verdaderamente de izquierda. Si hace algunos años el PC, y sus Juventudes (la "Jota") convencían al mundo universitario por su oposición a los regímenes de la Concertación, hoy ya no lo hará más.
    4. Fíjese que Gladys Marín siempre se opuso a un pacto o acuerdo alguno con la Concertación, pero desde que murió y el poder pasó al CC compuesto por miembros socialdemócratas como Tellier, Carmona (éste comunista dijo que el socialismo ya no iba más y que el PC tenía muy buenas ideas para el siglo XXI, así las cosas) y Juan Andrés Lagos (reconocidamente socialdemócrata) las cosas han cambiado muchísimo, pero para mal. El PC se ha derechizado, sólo conserva vagamente su vieja retórica sovietoide marxista-leninista, pero sólo entre las "bases", pues sus autoridades son otra cosa, pero otra cosa política.
    5. Recabarren fundó uno de los pocos partidos socialistas marxistas que se unieron a la Komintern totalmente y no por la salida de las alas izquierdas de esos partidos, como el PCOE de Antonio García Quejido (que había sido uno de los fundadores del PSOE junto a Pablo Iglesias. Hoy García Quejido no lo recuerda el PCE, sólo al stalinista de Pepé Díaz, así las cosas por España) y el PCEspañol a partir de la JJ.SS que luego se fundirían para formar el PCE. Pero entre el POS/PC de Chile de los años de Recabarren, un partido que sólo adhirió a las 21 condiciones de la Komintern y que sólo cambió su nombre y lo que hoy es el PC de Chile la diferencia es abismal, son dos partidos distintos. Hoy los comunistas hablan de Recabarren, pero ni lo han leído ni nada, es sólo un símbolo muerto, como Pablo Iglesias para el PSOE.
    Me sorprende mucho que en España se hable tan laudatoriamente del PC de Chile sin haber averiguado de cómo y en qué condiciones se fraguó su pseudotriunfo y en basé a qué.

    Saludos.

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  2. Y por cierto, Amorós puede saber mucho de Allende (en detalles freaks), pero no conoce las cosas intra-izquierda en mi país, así de simple. Es como el comentario de don Atilio Boron en su blog, creo que no hay que confundir los deseos que se ven desde los espectadores extranjeros con la realidad de los verdaderos actores chilenos, los que tenemos que sufrir el neoliberalismo, las traiciones de las "izquierdas" institucionalizadas. La CUT en Chile es algo así como UGT y en los pasados gobiernos no hizo nada real para cambiar las cosas y por cierto, pesa menos que un paquete de cabritas (Pop corn le llaman en el país del norte que manda la OTAN y por defecto la UE). ¿Por qué hago estas comparaciones con el PSOE u otras instituciones españolas? Para que se entienda. Sobre Amorós, hace rato que desvaría en torno al PS, la Concertación y la "Nueva Mayoría". ¿Usted cree que el PSOE puede volver a la senda marxista y emancipadora de Pablo Iglesias y Antonio García Quejido? Pues yo no, lo mismo sucede con el PS de Chile al cual pertenece Michelle Bachelet (habemos quienes le llamamos Fachelet, por ser una facha neoliberal) que no volverá a la senda trazada por Allende, no mientras en su dirección sigan Andrade, Escalona, Rossi, Núñez, etcétera, y eso no lo digo yo, lo decimos toda la gente de izquierda que no se vendió por unos cuantos pesos (nota: peso chileno, la moneda oficial de la Rep. de Chile) o dólares fresquitos como Bachelet que vendió a sus compañeros a principios de los noventa.

    Saludos y no se deje engañar por lo que digan los comunistas chilenos, si usted es marxista debe ser capaz de ver más allá de las apariencias ideológicas.

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